lunes, 24 de noviembre de 2008

Una tormenta en eldesierto.

En este planeta nuestro, es fácil observar grandes diferencias en torno al clima. Así es curioso que tanto en el Sáhara como en el Polo Norte, las precipitaciones sean muy parecidas, cercanas a 0 litros por metros cuadrados en muchos meses, debido a las bajas y a las altas temperaturas, pero ¿puede llover en un desierto?. Esta pregunta, que aparece en algunas versiones del Trivial Pirsuit, enfrenta diariamente a las y los jugadores de este popular juego y a muchos de los alumnos y alumnas en un aula de Geografía, puesto que ¿no es la sequedad casi absoluta, con apenas ejercicio momentáneos de rocío una de las condiciones de los Desiertos extremos? Pues sí. Pero como en muchos de los fenómenos a veces ocurre que el fuerte calor (elevación y enfriamiento de las nubes) provoca que alguna nubecilla despistada o con exceso de agua que logra entrar hasta el desierto profundo logre el ansiado milagro. Aunque más frecuentemente las tormentas a las que alude el título son de polvo y arena. Por ello en este apartado, os dejo una muestra de ambas tormentas.





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